No soy una chica especial, ni tampoco tengo ese objetivo.
Vivo el día a día, ya que el mañana no está del todo seguro.
En mis 18 años, he reído al igual que llorado. He querido igual que odiado; y he confiado en personas que finalmente, han acabado traicionándome. No es nada del otro mundo, lo sé, pero tampoco pretendo que lo sea. Soy una mas y como no puedo pagarme un psicólogo, escribo. ESCRIBIR COMO TERAPIA.
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